Hasta hoy hemos llegado. Esto tiene que terminar. Uno más y exploto. (y más cosas que se me pasan por la cabeza cuando veo en mi bandeja de entrada un correo con un "clip" y un asunto del tipo de "Párroco nuevo", "Reglas masculinas", "Playas japonesas", etc.) Ya se que el día es muy largo y que nos han acostumbrados desde niños a estar todo el día ocupados. Si tenemos un rato libre, no sabemos disfrutarlo y relajarnos con un simple paseo por nuestro barrio o mejor aún, sentándonos en nuestra butaca favorita con un buen libro o cogiendo la plancha que seguro que tenemos un buen montón de ropa esperándonos. Pero no. Cuando tenemos un rato (o dos) libre, por lo visto no tenemos otra cosa que hacer que crear presentaciones Power Point con chorradas de lo más variado. Ya digo; que si fotos de las playas de Japón con las japonesitas poniéndose el tanga de aquella manera, que si las famosas hamburguesas tamaño plaza de toros... Por no decir de los típicos correos con mensaje lacrimógeno incluido donde nos dicen que si reenviamos ese correo a todos nuestros amigos, salvaremos la vida de esta o aquella otra niña con cáncer. Que por cierto, qué poca cabeza se puede tener al pensar que eso es cierto. ¿Es que nadie piensa en este país? Y hablando de pensar ¿Sabe alguien la cantidad de tráfico que puede haber al día con chorradas como esta? ¿Sabe alguien la cantidad de sitio que ocupa cada presentación de estas? ¿Sabe alguien la cantidad de tráfico que soporta esta nuestra comunidad, digo... red? Entre estas "presentaciones" y el proliferante correo basura, nuestro buzón de correo electrónico está lleno de "mierda" y más "mierda". Si nos llenaran el buzón de casa de estas cosas, seguro que alguien exigiría medidas para paliar tal abuso y derroche de papel. Pero como es "virtual"... Supongamos que un buen día (y quizás esté dando ideas a algún "jilipollas"), nos ponemos a imprimir estas presentaciones que nos llegan por internet y las vamos repartiendo por los buzones de todos nuestros vecinos. Cada día, tres o cuatro. Y cada uno de los destinatarios, se ponen a hacer fotocopias de eso y las vuelven a repartir entre sus vecinos y así hasta infinitos vecinos. ¿Se puede imaginar alguien el aspecto de nuestros buzones? Pues ese aspecto es el que tiene nuestro buzón de correo electrónico. Sencillamente, bochornoso. Pues yo exijo soluciones. Hace ya algún tiempo, me tomé la molestia de ir guardando en una carpeta de mi escritorio, todos los archivos PPS que me mandaban por correo. En sólo una semana, he llenado mi carpeta con la no despreciable cantidad de 215Mb. Supongamos que no borro el contenido de esta carpeta hasta pongamos, un mes. Si me voy de vacaciones, ese es el tiempo máximo que tendré sin mirar mi correo. Pues hagan cuentas que no es difícil. Casi 1Gb de "mierda" en mi correo de sólo presentaciones Power Point. A esto le sumamos todo el correo basura que nos llega a diario y los correos "deseados" que seguro que no llegan ni al 1% del total y llegamos a la triste conclusión de que nuestra vida "virtual" está llena de "mierda" y nosotros somos la mujer de la limpieza. Además de que nuestro proveedor de servicios de internet seguramente nos de un toque porque hemos llegado al límite de capacidad de nuestra cuenta. La solución no es "gmail" o similares. La solución está en pensar un poco. Sólo un poco. No pido mucho... para algunos o algunas. Sólo pido que el que tenga tiempo, que lo gaste como quiera, pero que no nos haga gastarlo a los demás en desechar sus memeces a la papelera. Si además, ¡casi todo son chistes viejos a los que han puesto imágenes!
Lo dicho ¡Me toca las narices las PPS que me mandan por correo electrónico!
jueves, 17 de mayo de 2007
lunes, 30 de abril de 2007
Estado de represión mental
Vivimos en un país donde nadie sabe perder. Por no saber, no sabemos perder ni en política. Y no hablo de los políticos, no. Hablo de lo que llaman "ciudadanos de a pie". Que digo yo, ¿de qué tipo son los ciudadanos que trabajan o deberían trabajar en el parlamento? ¿de a culo?
Si al otro señor se le ocurre que lo que tenemos que hacer es consumir mucho jamón serrano, otro dirá que sólo lo hace para mantener a su amigo en el poder más tiempo y que además, es mejor el jamón de york. Y lo malo es que la mayoría de los de "a pie" creemos tales dislates y hacemos de su capa un sayo.
Que un señor que se presenta a las elecciones con el propósito de ganarse un puesto en una silla que le revertirá pingües beneficios, pierda estas, es normal que se mosquee y que la tome con su cuñada o con el vecino de enfrente. Entendería incluso que ese señor lanzara una serie de improperios contra su o sus adversarios o adversarias, aunque sea para quedarse a gusto. Pero lo que no puedo entender es que los de "a pie", hagamos lo mismo contra otros de "a pie" que se han decantado por otros de "a culo" que sí han ganado la tan apreciada silla.
Nos han metido en esto sin permiso y eso es muy peligroso. Los señores de "a culo" están tan idiotizados con sus ideas que hasta se las creen. O al menos, nos hacen ver que se las creen para que los que les hemos votados nos las creamos tanto que sean para algunos, "palabra de culo".
Si este señor dice que no probemos el vino tinto porque eso beneficia a los vascos, todos a ponernos ciegos de cerveza que tampoco enriquecerá a los alemanes, dicho sea de paso.
Si al otro señor se le ocurre que lo que tenemos que hacer es consumir mucho jamón serrano, otro dirá que sólo lo hace para mantener a su amigo en el poder más tiempo y que además, es mejor el jamón de york. Y lo malo es que la mayoría de los de "a pie" creemos tales dislates y hacemos de su capa un sayo.
Estamos en un estado (el español) de represión mental, grave. Ya no nos dejan ni pensar cuales son nuestras opciones ante las circunstancias que acontezcan a nuestro alrededor. Ahora sólo vemos, oímos y actuamos... como nos dicen que veamos, oigamos y actuemos.
Me toca las narices lo tontos que somos. Que lo somos, y mucho.
miércoles, 10 de enero de 2007
TENGO UN GRANO EN EL CULO
Ayer me desperté con una gran molestia. "Qué mala noche he debido pasar", pensé. Cuando me incorporé sentí que mi culo ya no era el mismo. Algo había cambiado desde anoche. Sentía un fastidio bastante agudo en mi glúteo derecho. "Pero, esto ayer no estaba" me dije. Pero también pensé que si estaba allí por algo sería. Al nuevo inquilino lo trendrá que ver un experto y obraremos en consecuencia. Así que me aseé, me tomé mi café y fuí a ver a mi médico de cabezera.
Por el camino me encontré con un vecino que me preguntó algo inesperado para mí por su parte. "¿A dónde vas?".La respuesta será igualmente inseperada para el lector. "Al médico". "¿Que tienes un grano en el culo? jajaja. Eso es una almorrana. Tendrás que operarte. Y eso duele... ¡Que no te pase nada!" -me deseó-. Le respondí con un gracias algo seco y seguí "viaje" hasta el ambulatorio mientras pensaba que ese tio era un listo. Una almorrana, una almorrana... ¿y el qué sabe? Igual es un simple grano de grasa o algo así... Además me dice que me tendré que operar. ¡Que se opere él si quiere, pero de otra cosa! Y así llegué hasta el ambulatorio mientras me acordaba de la familia del simpático vecino.
"Bueno días, Javier", saludé al médico. Después de explicarle mi problemilla y pasar a la camilla, me indicó que tenía un pequeño "divieso". Vamos, que un granito de nada, pero que había que extirparlo. Ahí es donde me pareció que la cosa ya estaba tomando un color algo oscuro. "¿Quitar? ¿Y por qué?" Tampoco me molestaba tanto; además, si lo tenía ahí... por algo sería... Empezé a interrogarle sobre el tema. ¿Es maligno o qué? ¿Es dolorosa la operación? ¿Sentirá algún trauma el grano al desprenderse de mi culo?. Sus respuestas eran siempre meras suposiciones. Que si hasta no extirparlo no se podría saber su contenido... que si puede ser doloroso o no según... que si, que si, que si. Le dije que me lo pensaría un poco más y me fuí con mi grano a otra parte.
Tengo un grano en el culo. Bien, o mal, no lo sé. ¿Será esto bueno? ¿Por qué tengo este grano? ¿Es un grano algo tuyo propio o es un quiste "añadido" que hay que extirpar sin más?
Tenía demasiadas preguntas sobre mi nueva situación y aún nadie me había dado ninguna respuesta salvo, "esto hay que quitar". ¿Esto? ¿Acaso el granito de marras no era más que "esto"? Aquí había algo que no me acababa de cuadrar. Todo el mundo quería solucionar mi problema de la misma manera, pero yo no lo tenía muy claro.
Fui ha hablar con mis padres a su casa con la excusa de que hacía tiempo que no habían visto a sus nietas. Después de algunos minutos de los comentarios de rigor, les expuse mi nueva e incomprendida situación. "Por supuesto que hay que sacar eso de ahí" contestaron al unísono. ¿"Eso"? ¿"Ahí?" Pero bueno, que falta de respeto hacía mi culo y su nuevo huesped, y que manía con quitar, quitar, quitar... Otros que sólo piensan en "quitar lo que a otros les sale". Como, por supuesto, no estaba contento con los resultados de mi visita familiar y las niñas ya habían acabado con todo el bizcocho de la abuela, fuí a visitar a unos cuantos amigos pensando que estos comprenderían mejor mi situación, dada la igualdad de edad y situación familiar y esas cosas.
Después de unas risas y soluciones estúpidas, decidí mandarles a la mierda. Es lo que tiene esto del afecto incondicional; que se le puede mandar a tomar algo a alguien sin que se enfade, aunque se lo digas desde lo más profundo del corazón. "¡Serán...majaderos!" (Tampoco hay que ser demasiado irrespetuoso con quien se quiere) "Pues tu mujer ha debido estar 10 años sin levantarse, porque ya no se sabe si tiene un grano en el culo o un culo en el grano..." (ahí me he pasado un poco, pero se lo merece por meterse de esa manera con mi granito)
De vuelta a casa y en la soledad de mi cuarto de baño, mientras observaba a mi despreciado amigo, comenzé a analizar todos los piropos que había recibido... el grano.
Feo, ridículo, desagradabe, peligroso, malo, asqueroso, quiste maligno... Ni una sola palabra de aprecio. Con lo mono que era él. Redondico, rosaceo, con un tamaño no demasiado grande para ser tan molesto... Nada; que me lo quedo. Y si no le gusta a alguien, que se joda.
Nunca sabré si ese grano famoso me lo quedé por cariño, miedo a la operación, angustia o nada más que por llevar la contraria a los demás e intentan aconsejarme sobre lo mejor para mí... según ellos. La verdad es que me lo quedé para mí... o igual se podría decir que él fue el que se quedó conmigo...
Bien, la verdad es que al tiempo se quitó solo y nunca más volví a saber de él.
Buscamos y buscamos consejos, pero lo único que queremos es respeto. ¿Y quién nos respeta a nosotros más que nosotros mismos?
¡Qué bueno es tener un grano en el culo de vez en cuando!
Por el camino me encontré con un vecino que me preguntó algo inesperado para mí por su parte. "¿A dónde vas?".La respuesta será igualmente inseperada para el lector. "Al médico". "¿Que tienes un grano en el culo? jajaja. Eso es una almorrana. Tendrás que operarte. Y eso duele... ¡Que no te pase nada!" -me deseó-. Le respondí con un gracias algo seco y seguí "viaje" hasta el ambulatorio mientras pensaba que ese tio era un listo. Una almorrana, una almorrana... ¿y el qué sabe? Igual es un simple grano de grasa o algo así... Además me dice que me tendré que operar. ¡Que se opere él si quiere, pero de otra cosa! Y así llegué hasta el ambulatorio mientras me acordaba de la familia del simpático vecino.
"Bueno días, Javier", saludé al médico. Después de explicarle mi problemilla y pasar a la camilla, me indicó que tenía un pequeño "divieso". Vamos, que un granito de nada, pero que había que extirparlo. Ahí es donde me pareció que la cosa ya estaba tomando un color algo oscuro. "¿Quitar? ¿Y por qué?" Tampoco me molestaba tanto; además, si lo tenía ahí... por algo sería... Empezé a interrogarle sobre el tema. ¿Es maligno o qué? ¿Es dolorosa la operación? ¿Sentirá algún trauma el grano al desprenderse de mi culo?. Sus respuestas eran siempre meras suposiciones. Que si hasta no extirparlo no se podría saber su contenido... que si puede ser doloroso o no según... que si, que si, que si. Le dije que me lo pensaría un poco más y me fuí con mi grano a otra parte.
Tengo un grano en el culo. Bien, o mal, no lo sé. ¿Será esto bueno? ¿Por qué tengo este grano? ¿Es un grano algo tuyo propio o es un quiste "añadido" que hay que extirpar sin más?
Tenía demasiadas preguntas sobre mi nueva situación y aún nadie me había dado ninguna respuesta salvo, "esto hay que quitar". ¿Esto? ¿Acaso el granito de marras no era más que "esto"? Aquí había algo que no me acababa de cuadrar. Todo el mundo quería solucionar mi problema de la misma manera, pero yo no lo tenía muy claro.
Fui ha hablar con mis padres a su casa con la excusa de que hacía tiempo que no habían visto a sus nietas. Después de algunos minutos de los comentarios de rigor, les expuse mi nueva e incomprendida situación. "Por supuesto que hay que sacar eso de ahí" contestaron al unísono. ¿"Eso"? ¿"Ahí?" Pero bueno, que falta de respeto hacía mi culo y su nuevo huesped, y que manía con quitar, quitar, quitar... Otros que sólo piensan en "quitar lo que a otros les sale". Como, por supuesto, no estaba contento con los resultados de mi visita familiar y las niñas ya habían acabado con todo el bizcocho de la abuela, fuí a visitar a unos cuantos amigos pensando que estos comprenderían mejor mi situación, dada la igualdad de edad y situación familiar y esas cosas.
Después de unas risas y soluciones estúpidas, decidí mandarles a la mierda. Es lo que tiene esto del afecto incondicional; que se le puede mandar a tomar algo a alguien sin que se enfade, aunque se lo digas desde lo más profundo del corazón. "¡Serán...majaderos!" (Tampoco hay que ser demasiado irrespetuoso con quien se quiere) "Pues tu mujer ha debido estar 10 años sin levantarse, porque ya no se sabe si tiene un grano en el culo o un culo en el grano..." (ahí me he pasado un poco, pero se lo merece por meterse de esa manera con mi granito)
De vuelta a casa y en la soledad de mi cuarto de baño, mientras observaba a mi despreciado amigo, comenzé a analizar todos los piropos que había recibido... el grano.
Feo, ridículo, desagradabe, peligroso, malo, asqueroso, quiste maligno... Ni una sola palabra de aprecio. Con lo mono que era él. Redondico, rosaceo, con un tamaño no demasiado grande para ser tan molesto... Nada; que me lo quedo. Y si no le gusta a alguien, que se joda.
Nunca sabré si ese grano famoso me lo quedé por cariño, miedo a la operación, angustia o nada más que por llevar la contraria a los demás e intentan aconsejarme sobre lo mejor para mí... según ellos. La verdad es que me lo quedé para mí... o igual se podría decir que él fue el que se quedó conmigo...
Bien, la verdad es que al tiempo se quitó solo y nunca más volví a saber de él.
Buscamos y buscamos consejos, pero lo único que queremos es respeto. ¿Y quién nos respeta a nosotros más que nosotros mismos?
¡Qué bueno es tener un grano en el culo de vez en cuando!
CLERO REVOLTOSILLO
Antes de nada, quiero aclarar que este pensamiento no es del todo mío, aunque me puedo sumar a él. El pensamiento en cuestión pertenece a un buen ateo amigo mío a raíz del ya famoso cura gay declarado. Las palabras de mi amigo fueron más o menos las siguientes. "A mi lo que me toca las narices, es que haya un cura que tenga más relaciones sexuales que yo, y además lo declare en público".
Y es cierto. A mi no me toca precisamente las narices eso, pero la frase me viene bien para entrar en materia. El mundo se ha vuelto loco. Y mi madre que siempre me había enseñado que en los armarios no se guardan más que los "jerseises" y los pantalones... Ahora va y me sacan un cura católico, apostólico y... de todo. La verdad es que particularmente, que sea o no gay un señor que vive por las andalucías, me tiene sin cuidado. Cuando las personas deciden que les gusta el chocolate, les gusta y punto. ¡Pues buenos son algunos con el chocolate...! Yo, sin ir más lejos, el otro día me puse morado del bizcocho que hace mi mujer. Y es que como el bizcocho de mi mujer...
Pero claro, cuando a un señor que está abonado a "canal+" le da por piratearlo y así ahorrarse una pelillas... se acabó la tontería. Como te pillen la has jodido, amigo mío... ¿O es que no leíste la letra pequeña del contrato? ¡Está prohibido ser una persona normal! ¡A partir de ahora debes ser "cura"! Y los curas no tienen derecho a ciertas cosas como por ejemplo el sexo... con otros.
Si por lo menos te hubieras ido con una señora, igual te perdonaban hasta el duodécimo hijo... Pero claro, tu como el del grano en el culo; a llevar la contraria y encima a contarlo a todo "chichifú". Pues ahora no te quejes. O sí...
La verdad es que no se hasta qué punto tiene este hombre derecho a quejarse o el resto del mundo de lapidarle, pero lo que si tengo claro es que el mundo está lleno de granos en los culos de los demás que no hacen otra cosa que molestar al vecino.
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Estados Unidos de "América"
Ya está bien. ¿Cuándo vamos a dejar de meter la pata TODOS los habitantes de este planeta, con el nombre de este dichoso país y el continente al que pertenece?
Dejémoslo claro de una vez por todas, por favor. Y es que a mí, personalmente, me toca las narices, y mucho, este tema.
En mis tiempos mozos...bueno, más mozos… mis profesores de EGB me intentaron enseñar la diferencia entre los conceptos "continente" y "contenido". Y al cabo de varias sesiones… duras en todos los sentidos, llegué al entendimiento.
Pues bien, yo creía que el resto de mis compañeros mamarían como yo lo hice de la sabiduría de mis maestros y entenderían la diferencia entre "continente" (lo que contiene a otra cosa dentro de sí) y "contenido" (lo que se contiene dentro de una cosa). ¡Pues no! Para un gran número de personas de este planeta, y entre ellos muchísimos periodistas, Estados Unidos de América es "la leche" y el resto…
Es decir, que América y Estados Unidos de América, es lo mismo. Que en este caso, el contenido contiene al continente y el continente es el propio contenido. ¿O no? A ver ahora quién va ha ser el guapo que me lleva la contraria.
Además, y para más "cachondeo", el propio nombre nos lo aclara. DE AMÉRICA, señores, DE AMÉRICA. LOS ESTADOS UNIDOS son de AMÉRICA. Dejemos de referirnos a este país como "América", "Norte América", o a sus habitantes como a los "americanos", que ciertamente lo son. Son americanos, como lo son los canadienses, los argentinos e incluso los colombianos.
Los habitantes de los Estados Unidos de América son, aunque suene un poco hortera el término, "Estadounidenses". Y si no les gusta a ellos mismos el nombre, que se j… Y pongamos a cada uno donde le corresponde.
Hay veces que, de críos, nos gusta pintarnos "granos en el culo"; y cuando somos mayores nos pican. Pues eso… nos rascamos y nos jo…
Dejémoslo claro de una vez por todas, por favor. Y es que a mí, personalmente, me toca las narices, y mucho, este tema.
En mis tiempos mozos...bueno, más mozos… mis profesores de EGB me intentaron enseñar la diferencia entre los conceptos "continente" y "contenido". Y al cabo de varias sesiones… duras en todos los sentidos, llegué al entendimiento.
Pues bien, yo creía que el resto de mis compañeros mamarían como yo lo hice de la sabiduría de mis maestros y entenderían la diferencia entre "continente" (lo que contiene a otra cosa dentro de sí) y "contenido" (lo que se contiene dentro de una cosa). ¡Pues no! Para un gran número de personas de este planeta, y entre ellos muchísimos periodistas, Estados Unidos de América es "la leche" y el resto…
Es decir, que América y Estados Unidos de América, es lo mismo. Que en este caso, el contenido contiene al continente y el continente es el propio contenido. ¿O no? A ver ahora quién va ha ser el guapo que me lleva la contraria.
Además, y para más "cachondeo", el propio nombre nos lo aclara. DE AMÉRICA, señores, DE AMÉRICA. LOS ESTADOS UNIDOS son de AMÉRICA. Dejemos de referirnos a este país como "América", "Norte América", o a sus habitantes como a los "americanos", que ciertamente lo son. Son americanos, como lo son los canadienses, los argentinos e incluso los colombianos.
Los habitantes de los Estados Unidos de América son, aunque suene un poco hortera el término, "Estadounidenses". Y si no les gusta a ellos mismos el nombre, que se j… Y pongamos a cada uno donde le corresponde.
Hay veces que, de críos, nos gusta pintarnos "granos en el culo"; y cuando somos mayores nos pican. Pues eso… nos rascamos y nos jo…
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